Seleccionar página

Durante los días 4 y 5 de mayo, el centro CRÍMINA celebraron el exitoso seminario “Terrorismo Yihadista: Riesgos, análisis y respuestas”. Entre los muchos temas que trabajaron en profundidad, uno de los más interesantes fue el papel de la mujer en la movilización yihadista que, en principio, puede pasar desapercibido, y a pesar de que la ideología que da forma al terrorismo yihadista no apoya que haya mujeres que lleven a cabo actos terroristas, la evolución de la mujer en este campo ha sido muy notable en los últimos años. Esto lo sabe bien Carola García-Calvo, investigadora del Real Instituto Elcano y profesora y coordinadora del Máster universitario en Estudios sobre Terrorismo de UNIR, quien asegura que el yihadismo utiliza muchas veces a estas mujeres para un mayor impacto mediático, aunque insiste en que el papel predominante que soportan es mucho más estático que el de los hombres.

IMG_0459

Carola García-Calvo nos responde muchas dudas sobre el perfil de esas mujeres radicalizadas y movilizadas por el yihadismo:

¿El papel de la mujer en la movilización yihadista es un fenómeno nuevo?

No podemos decir que la participación de la mujer en la yihad sea un fenómeno nuevo. Desde finales de los años 80 del pasado siglo cuando Al-Qaeda se conformó como vanguardia del yihadismo global, la mujer ha tenido su función dentro de estas actividades. Si bien ese papel ha cambiado con el tiempo. Como digo, las tareas fundamentales de la mujer han sido fundamentalmente la de apoyo y madre y esposa, esposa de yihadista y madre de la futura generación de yihadistas, y sus tareas fundamentales se circunscribían al ámbito del hogar. También colaboraba, en la particular forma de entender la yihad por Al-.Qaeda, en pequeñas tareas de financiación o logísticas, a la hora de pasar información, etc., pero como digo, una tarea menor. Sin embargo, con la emergencia de Estado Islámico como una nueva matriz del yihadismo global en competencia con Al-Qaeda, que hoy ocupa el liderazgo del movimiento yihadista global, el papel evoluciona, es decir, los textos de referencia siguen de manera doctrinal otorgando a la mujer este papel fundamental restringido al ámbito doméstico de madres, esposa, etc.

¿Qué es lo que ha cambiado?

Lo que ha cambiado es, por un lado, la iniciativa de las mujeres a la hora de implicarse en este tipo de actividades, antes iba muy unida al hecho de que su pareja, tuviese actividad de carácter yihadista y ella de alguna forma lo seguía y efectuaba tareas de apoyo, sin embargo ahora las mujeres tienen la iniciativa, a la hora de decidir formar parte, en respuesta, bien al llamamiento de Abu Bakr, el autodenominado califa, a movilizarse para formar parte de este proyecto utópico o bien en sus propios estados implicándose activamente por voluntad individual, en la labor de captación y radicalización de las mujeres. Entonces, como digo, las organizaciones no han evolucionado mucho en el papel que le otorgan pero sí es cierto que la mujeres se han incorporado a esta movilización y ahora son ellas las que de alguna manera toman esta iniciativa y ya no son solo arrastradas por el hecho de haberse casado o estar emparejada con algún varón implicado en estas actividades.

¿Cómo se ha modificado cuantitativamente el número de mujeres implicadas en nuestro país en el terrorismo yihadista?

Hasta el año 2012 en España no había ninguna mujer condenada por su implicación en actividades terroristas de carácter yihadista, y Las detenciones que se habían producido, sobre todo estaban en el contexto que citaba de ser parejas de varones que finalmente acabaron condenados. Pero como digo, no se pudo probar o no participaron de manera lo suficientemente activa para que fueran condenadas como los varones. A partir del año 2013 en el contexto de la movilización hacia Siria e Irak, tenemos ya 20 detenidas en nuestro territorio, lo que supone el 16% del total. Es decir, se han incorporado al a movilización y lo han hecho con contundencia.

¿Cuál es el perfil de estas mujeres radicalizadas?

Tenemos un perfil diverso, pero con algunas pautas comunes: son muy jóvenes, la media se sitúa en los 22 años, mayoritariamente son solteras, hay un porcentaje significativo de mujeres conversas, es decir, sin ningún tipo de ascendencia cultural islámica y que, en un momento dado, se convierten a esta religión y prácticamente se radicalizan. aquí hay que tener en cuenta que hay, por el desconocimiento de la religión, los captadores y radicalizadores ven una vulnerabilidad, saben que son mujeres que por un lado tienen que demostrar más y por otro lado, desconocen lo que es el verdadero espíritu de la religión islámica y las radicalizan en la ideología salafista, que es la que inspira este tipo de terrorismo.

¿Existen muchas diferencias en el perfil de los hombres movilizados por la yihad?

Digamos que son más jóvenes que los varones, que hay más porcentaje de solteras, precisamente porque el llamamiento del califato de Abu Bakr Al-Baghdadi fue para ir al territorio a casarse allí con yihadistas, mientras que en el caso de los varones, en muchas ocasiones, ya estaban casados y decidieron abandonar a sus familias para combatir en primera línea. Pero no existen diferencias significativas si atendemos a otras variables, como por ejemplo el nivel educativo, o la ocupación, no vemos diferencias muy notables.

¿Cómo se produce esa captación de mujeres yihadistas?

En la actualidad, es muy importante la penetración de las redes sociales, pero no debemos desdeñar el protagonismo que todavía tienen los espacios físicos. Normalmente, por lo que hemos podido ver a raíz de las operaciones contra el terrorismo yihadista que se han practicado en nuestro país, desde el año 2013, normalmente el proceso funcionaba de la siguiente manera: en un primer momento, se produce la identificación a través de redes sociales es decir, por ejemplo, perfiles en páginas de Facebook cuando se habla de política internacional o del conflicto de Siria, o de los atentados, etcétera, se captan perfiles que se muestran proclives, que tengan una visión más radical, que pregunten o que demuestren una acción beligerante y se les va tanteando. ¿Pero hasta qué punto son capaces de seguir avanzando más y más? A medida que avanza, se les va retirando a zonas más privadas, como un chat o un grupo de WhatsApp, y poco a poco se les va sometiendo a una exposición sistemática a la propaganda, visionado de vídeos, audios, etcétera, hasta que se produce esa comunión con los objetivos y con la justificación moral de la utilización de la violencia para conseguir unos fines.

¿Tienen, por tanto, las redes sociales y los medios de comunicación una influencia importante en ese cambio del papel de la mujer en la radicalización?

Creo que las redes sociales en sí han abierto el espectro de captación, es decir, antes tenías que estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, y relacionarte con la gente adecuada. Ahora mismo, como digo, cualquier persona que en un momento dado muestra ciertas actitudes radicales, que por otro lado son legítimas en democracia, pero que ven cierta vulnerabilidad, se acaba de convertir al islam y desconoce la religión, ha tenido una crisis personal y está buscando una nueva forma de ser, en su instituto le dicen “vuélvete a tu país” y resulta que ha nacido aquí al lado, una vez percibido esto, ahí, buscando esta fractura, inciden sobre ella.

¿Cuál es el papel real que tiene la mujer en el yihadismo?

Básicamente, el de ser madre y esposa. Q ue no es nada desdeñable, porque estamos hablando que se trata de consolidar el proyecto, de darle visos de continuidad en el futuro, pero el papel recogido en los textos doctrinales de las dos organizaciones de referencia, Al-Qaeda y Estado Islámico, es el de madre y esposa de yihadistas.

¿Seguirá siendo así? ¿Qué perspectivas hay sobre el futuro?

En el futuro pueden ocurrir muchas cosas, la mujer puede ir cobrando puestos más relevantes en tareas operativas, como captación o como fuente de inteligencia, y nunca hay que desdeñar que a lo mejor en el futuro y en Europa Occidental, veamos un atentado protagonizado por mujeres, pero como digo, en la actualidad las organizaciones no han evolucionado en el rol de la mujer.